DECÁLOGO PARA UN MUNDO MENOS PEOR

10. LO PROSAICO Y LO POÉTICO. Parafraseando a Édgar Morín cuando anuncia que la naturaleza humana se encuentra entre los prosaico y lo poético, es necesario iniciar entendiendo su reflexión. Comprendiendo lo prosaico como todo lo concerniente a lo estructural, lo procedimental, lo mediático, lo normativo; y mirando lo poético como aquello que tiene que ver con los subjetivo, las emociones, sentimientos, las relaciones, lo simbólico, la construcción de sentidos. Tal vez entendiendo esa visión integral de la vida es un buen primer paso.

9. PENSAMIENTO Y CONOCIMIENTO. De seguro no es el título más conveniente, pero por lo menos resume la idea…. Creo necesario tomarnos un tiempo para pensar, no podemos seguir siendo objetos o máquinas que se mueve como el mundo nos dice que debemos. Nuestro pensar hace parte de lo mejor que somos como humanidad. Es lo que nos hace humanos, lo que nos caracteriza… somos seres pensantes… pero claro lo olvidamos…. Y muy frecuentemente. Es necesario pensar, pensar nuestros actos, nuestras emociones, pensar nuestras estructuras, normativas… pensarnos en los prosaico y lo poético de la vida. Debemos dedicarle tiempo a lo que mejor sabemos hacer. Claro, para pensar debemos conocer…. Conocer quiénes somos, qué sentido tiene todo esto… conocer que es importante disfrutar de la vida, conocer las maravillas que nos rodean, conocer a nuestros semejante…. Y entre todos: pensar. Pensar que es posible un mundo menos peor.

8. LIBERTADES. Difícil situación y tan natural como la vida misma. Un asunto muy maltratado. El disfrute de nuestras libertades es sinónimo de felicidad, y de allí todo lo que desencadena el tema. La vida y la libertad se conciben de maneras muy diferentes para cada uno. OJO mis libertades nunca deben oponerse a las libertades de otros. Esto es una construcción colectiva y negociada, debemos procurar por la generación de medios de vida y equidad. Las situaciones adversas siempre tendrán solución. Aquí la importancia radica en que son esas libertades las que encuentran sentido a nuestro vivir en sociedad y nos advierten sobre los valores de respeto y solidaridad que enmarcan nuestros derechos + deberes. NO tiene sentido una vida en sociedad sin las libertades que todo ser humano debe disfrutar.

7. COOPERATIVO Y PARTICIPATIVO. NO es sólo NO hacer lo malo, es también hacer lo bueno. No vinimos al mundo a quedarnos quieto, a ver como el mundo evoluciona – ó involuciona-, no es sólo no comprometernos, no responsabilizarnos, no involucrarnos, no contribuir a la maldad… es también generar medios y alternativas de un mundo posible, generar conciencias positivas, ayudar a construir con otros, sumergirnos en escenarios de interés y socialización. Es necesario convocar, participar, cooperar. En un vivir en sociedad no tiene cabida las particularidades, a menos que están sean usadas para proyecto colectivos y comunes que beneficien a todos y promuevan las libertades y el disfrute de nuestras vidas. Es entre todos que se generan los mínimos y máximos de un mundo menos peor.

6. UNIVERSALIZACIÓN DEL BIENESTAR HUMANO. Es increíble pensar que debamos tener en cuenta este asunto cuando debería ser innato en cada persona. Es tan sólo pensar en el otro como “mi otro yo”. Ese “otro yo” que piensa, ama, ríe… ese “otro yo” que disfruta de su familia, de su entorno, de su libertad…. El bienestar humano no debe ser de unos pocos, es una condición que incumbe a todos, Es la forma como crecemos y vivimos…. Es la manera que nos inscribimos en la sociedad. Su universalización debe ser contundente, simple, llena de generosidad… y asumida por todos esos “otros yo” que a la vez me miran como su otro yo.

5. MEDIACIONES Y RESOLUCIONES. Es evidente que los conflictos hacen parte de nuestra realidad… inclusive estoy por pensar que son estos los que le dan sabor la vida. Que aburrido sería una vida sin conflictos… donde nada pasara, donde todo fuera perfecto…. Por fortuna existen los conflictos… que buenos son los conflictos!!!... son ellos los que nos hacer crecer, avanzar… aprendemos a caminar, gracias a que nos caemos y nos levantamos… son los conflictos los que renuevan nuestra alma, los que generar cambios en las cotidianidades. Pero OJO el meollo del asunto está en saberlos superar. Lamentablemente es en este punto donde siempre nos quedamos. Han pasado miles de millones de años desde que la humanidad es humanidad (los conflictos siempre han estado allí) y es la hora que NO hemos aprendido a solucionarlos. Es indispensable tener argumentos, ideas, propuestas –y sobre todo creatividad- que conlleven a mediaciones convenientes para todos y, sobre todo, a resoluciones pacíficas. Es decir que si los conflictos hacen parte de nuestra realidad lo mejor que podemos hacer es sacarle el mejor aprovecho al tema sin necesidad que quedarnos en ellos. Vale la pena seguirlo intentando.

4. AUTOSOSTENIBILIDAD Y EMPODERAMIENTO. Un gran inconveniente es que se nos olvidan las generaciones futuras. No entendemos, no queremos entender o no le prestamos atención a que estamos de paso por el mundo. Que nuestros días están contados… que detrás de nosotros vienen más… muchos más. Lo consumimos todo, lo abarcamos todo, creemos que somos los únicos. La importancia de la autosotenibilidad radica en pensar que mañana nuestros hijos y nietos vienen a habitar este lugar llamado mundo. Debemos dejarles oportunidades que nosotros vivimos: un medio ambiente sano, unos recursos naturales que perduren y sobre todo la gran enseñanza que es a través de nosotros y lo que asumimos como ciudadanos el mundo lo que hace la diferencia. Es la forma como asumimos la vida y nos empoderamos de ella lo que hace la diferencia entre un mundo peor y otro menos peor.

3. REDES LOCALES Y GLOBALES. Es indudable que a medida que avanzamos en nuestro deambular por la historia del mundo, también se avanza en la las herramientas que nos facilitan las tareas. Siempre existirán tecnologías, hace unos siglos eran unas… y hoy son otras, Aquí lo verdaderamente importante es el uso que hagamos de ellas. No se trata sólo que ellas estén inmersas cada vez más en nuestras cotidianidades, se trata que estas sean puestas al servicio de la construcción de un mundo menos peor. Herramientas que nos permitan consensos, construcciones colectivas, acuerdos sociales, participación, empoderamiento. Herramientas y recursos que generen medios de vida y de equidad, que posibiliten las mediaciones y las resoluciones de los conflictos. Instrumentos que permitan el disfrute de nuestras libertades y universalicen el bienestar humano. Importante empezar desde la esfera más pequeña, es decir desde nuestro entorno más cercano y en la medida que sea exitosa esa construcción, poder crecer a otros círculos superiores (barrio, localidad, ciudad, país, continente, mundo). Son esas redes que van desde lo local a lo global lo que garantiza que las sinergias se promuevan y la vida se renueve.

2. MULTIDEMENSIONALIDAD Y COMPLEJIDAD. Somos un todo. Aristóteles lo decía claramente: “el todo es más que la suma de las partes”. Somos seres políticos, sociales, económicos, ambientales, espirituales…. Theilard de Chardin advierte sobre esa noosfera, esa evolución de la conciencia. No voy a entrar a discutir el tema, tal vez tenga razón. Lo que quiero manifestar es esa multidimesionalidad que somos los seres humanos. Creo que nos hicimos un mal al dividir las cosas, al dividir el pensamiento y las áreas del ser. La humanidad es mundo complejo, holístico y sistémico donde convergen múltiples prosaicas y múltiples poéticas. Es desde allí donde debemos abordar nuestras oportunidades y capacidades.

1. AMAR AL PRÓJIMO COMO ASÍ MISMO. Es la máxima en nuestra vida en sociedad. Esta es la parte donde se une el camino epistémico y el camino ontológico. El respeto a las diferencias, los acuerdos sociales con mis pares y el entorno, se resume en las relaciones de amor. En este sentido se posibilita la que la comunicación y el intercambio de sentidos con “mi otro yo” se construya entre todos para un beneficio común. El tema es simple –aunque NO lo parezca-: reivindicar el sentido de lo humano.