Por: Carlos Iván Ortiz.
“Para
el Gobierno es muy importante escuchar a las víctimas y sus propuestas, antes
de dar inicio en la Mesa de Conversaciones al quinto punto de la agenda que
habla sobre este tema”. Así lo afirmó Sergio Jaramillo, alto comisionado
para la paz, luego de que culminaran las negociaciones del segundo punto de la
agenda para la paz.
Pero,
¿será adecuado incluir a las victimas en la toma de decisiones en un
punto tan importante? Pienso yo, que no solo es adecuado, sino necesario,
porque ya hemos venido escuchando durante largo tiempo, que es posible que los
grandes comandantes y lideres del grupo al margen de la ley, no tengan si
quiera una pequeña posibilidad, de que paguen por todos sus delitos y por
los crímenes siniestros que han cometido durante 50 años.
Para
los Colombianos, y especialmente para todas las familias de los miles de
secuestrados y asesinados por las Farc, es importante hacerse escuchar y tener
voz y voto en este punto, pues aunque el ausentismo de los congresistas en las
plenarias donde se exponen dichos casos, sean descarado y demuestre poca
importancia, el gobierno si debe darle el empujón que le falta a
dicha ley de reparación de victimas, para que no solo se entreguen tierras y
pequeñas miserias de dinero, sino para que se logre llevar a los
culpables tras las rejas.
Sin
embargo, es preciso tener claridad en lo siguiente, en nuestro país no es
pertinente hablar de un fin del conflicto general, pues todas las masacres y 50
años de violencia han convertido al país en el centro de operaciones de muchas
bandas delincuentes y esto a su vez a sido la razón para que miles de jóvenes,
que no conocen más que violencia en sus hogares y contextos sociales, se
vinculen a estos grupos, y hoy en día, sean parte de los grandes grupos de narcotráfico
y violencia que amenazan con ingresar al juego de la muerte después de que las
Farc se hayan marchado, si es que eso llegase a suceder.
Así
pues, no solo se debe tener claro que hay que aplicar las máximas condenas a
los responsables, sino que también se deben construir nuevas y mejores leyes
que puedan mitigar al menos un poco la violencia en nuestro país, porque para
nadie es un secreto que las Farc son solo un peldaño más, en la gran escalera
de violencia que azota nuestras familias, pero depende de todos querer cambiar
y poner el granito de arena que haga de Colombia, un país mejor para vivir.
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