Mónica M. Jiménez A.

El Proceso de paz y la doble moral de los colombianos

Gran encuesta sobre el proceso de paz en Colombia

Observatorio de la Democracia

 

“El 58% de los colombianos quiere una salida negociada  al conflicto, pero tan sólo el 15% aprueba la conformación de un partido político de las FARC”

 

Como si no fuera suficiente las violaciones de derechos humanos, desconciertos políticos y carruseles que no dejan de girar, hoy la población colombiana se encuentra más dividida que nunca y no por una camiseta de algún equipo de fútbol como también estamos acostumbrados sino por el contrario por unos equipos que en vez de balón llevan en sus manos armas bañadas de sangre de miles y miles de colombianos inocentes y no solo de compatriotas nuestros, también hay que reconocer a aquellas víctimas extranjeras que han venido a nuestro país en busca de interés propios y salen siendo parte de unos interés colectivos irracionales con efectos tan nocivos como las 10.542 víctimas de minas antipersona que desde el año 1990 a octubre de 2013, según datos del programa Presidencial para la Acción Integral  contra minas antipersona en Colombia han sido afectadas.

Aquellos intereses que hoy después de mucho hablar en las mesas de negociación en la Habana Cuba, han salido a flote, ahora no se sabe si estamos formando parte de una carrera releccionista, porque yo no me imagino tratándome de decidir por alguno de los “HONORABLES” políticos de este país o por el contrario por uno de aquellos “DOLIDOS Y ARREPENTIDOS” combatientes de la noble causa dándoles mi voto y mostrándoles que los perdono o que hago acto de reconciliación por aquellas víctimas de las minas o por aquellos huérfanos que aún esperan la llegada de su ser querido; y todo esto lo muestra esta encuesta que en palabras más o en palabras menos nos deja ver como la población colombiana está dividida entre los que han sido afectados directamente por el conflicto y los que no hemos sido tocados por aquellos actos violentos y sangrientos que por años han afectado nuestro país; es muy interesante observar como a lo largo de la encuesta aquellas personas afectadas directamente por la violencia tienen una mayor capacidad de perdón y reconciliación, pero las personas que no han sido afectadas están un poco más reacias a llegar a la reconciliación como YO.

Es interesante observar como el  escepticismo invade, ya que creen en la salida negociada pero no creen mucho en que el grupo guerrillero deje  definitivamente las armas, y ese escepticismo no solo visto por nuestra realidad sino por el contrario en esos entes internacionales que han perdido la credibilidad en los diferentes procesos políticos que se llevan en el mundo, esto suena como voz de aliento, no somos los únicos que estamos mal!.

Otro punto que llama la atención en esta encuesta es que definitivamente la población está cansada de las concesiones injustas “yo mato, robo, violo pero tranquilo firmamos el tratado de paz y todo sana” no esto debe acabar y se ve una clara tendencia de la población sobre este punto.

El bum esta semana fue los detractores del proceso y yo me uno a esa noción no porque no quiera la paz sino porque creo que la guerrilla y el gobierno están jugando con el país  y esto no es justo cuando personas afectadas directamente con  el conflicto están poniendo todas las esperanzas en este proceso y creen que la paz se puede conseguir sentando a las partes involucradas; de igual forma esta encuesta deja ver la doble moral a la que la sociedad colombiana está acostumbrada mostrando resultados como: dejo que vivas en mi barrio, seas mi vecino, pero ojo no puedes ser amigo de mis hijos ni mucho menos trabajar en mi empresa y si eres hombre mucho menos, entonces es donde otra gran duda surge sino queremos que trabajen con nosotros, que roben con cuello blanco y que mucho menos el gobierno los subsidie, entonces que se les pone hacer a claro¡ que fortalezcan las BACRIM de la ciudad, eso para los hombres y las mujeres qué? Ya que según la encuesta es más fácil integrar a la vida civil una mujer, entonces a ellas pongámoslas a dar charlas de superación personal en centros de rehabilitación para personas afectadas por las minas.