Seminario Final de Periodismo

FIN DEL CONFLICTO: Mentira que perdura

Por: Mónica Jiménez Ávila

Fin del conflicto? Este punto parece algo muy subjetivo en un país donde todas las generaciones han crecido y vivido con medios y personas que su única sobrevivencia son las armas y la violencia, fin del conflicto? En un país donde los diálogos de paz para lo único que han servido en sus anteriores versiones solo ha sido para que personajes de la política figuren cada vez más en medios y a nivel internacional, fin del conflicto? Donde las víctimas son tratadas como delincuentes, donde la reparación de las víctimas en muchos de los casos es someterlas a largos procesos para que los jefes guerrilleros o paramilitares les acepten haber cometido algún crimen contra alguno de sus familiares, fin del conflicto? En un país donde personas que conformaban grupos como el M19 y ahora hagan parte de nuestro gobierno de turno con premisas como que su lucha fue justificada en esa poca, es casi imposible que se logre ese proceso integral y simultaneo que supuestamente está consagrado dentro del tercer punto de la agenda del FIN DEL CONFLICTO y es que el gobierno nacional revisará y hará las reformas necesarias para la construcción de la paz.

Como hablar de fin de conflicto, cuando las personas involucradas en muchas de las ocasiones no saben ningún otro oficio más que empuñar un arma?, como reintegrar a la vida civil personas que por años han matado y torturado población inocente, la agenda hace referencia a reintegrarlas según sus intereses, cuales intereses los criminales, los mercenarios o los políticos, esos mismos intereses políticos que tienen dividido el país; este discurso puede sonar escéptico, macabro, sombrío y desolador, pero la historia y las victimas nos han enseñado que el discurso adornado de paz no ha sido realidad, que mientras están en diálogos de paz unos pocos, otros pasean en yates y están de vacaciones pagas a costa de miles de muertos, desplazados, huérfanos y poblaciones destruidas por artefactos construidos por personas que tienen el corazón negro y sucio de toda la sangre derramada por décadas en el país.