Si de ante mano se dice que el periodismo esta dejando de ser una profesión, no es solo porque el periodista este perdiendo su nivel de análisis o critica, sino porque las demás personas están entendiendo que para opinar, criticar y contar historias, no se necesita ser periodista.
Pero, ¿Dónde esta el error del periodista?
En la antigüedad la información era considerada como valiosa y de su importancia se ganaban o se perdían guerras, el informante en la mayoría de los casos era una persona con cierto poder más que los otros, y merecía respeto.
Actualmente cualquiera puede ser informante o comunicador de cualquier cosa, y en eso hemos perdido poder los periodistas, y no solo porque finjamos poco interés en la sociedad, sino porque el núcleo central de nuestro trabajo, que es la información, ha terminado en manos de los poderes a los que mayormente criticamos, y si ese poder recae allí, la información que brindemos no va a ser la que la ciudadanía este esperando.
Ahora bien, no solo es un asunto de las grandes y pequeñas cadenas de noticias, del medio que sea, es también la perdida de esa ética profesional que alguna vez juramos proteger; nos hemos vuelto un mercado más. al que la política, la economía y hasta la cultura, han decidido apostar y han ganado, pues hemos sido ovejas que no se despegan de ese rebaño.
¿Existirá la solución?
Es cuestión de analizar las problemáticas de los medios de comunicación, y como estos están desapareciendo de una manera veloz. Pero que desaparezcan las cadenas no significa que tengan que desaparecer los periodistas.
Creería en mi opinión personal, que depende de cada periodista ejercer poder, confianza y hasta temor en sus relatos, pues por más amenazas e intimidaciones que recibamos, que son todos los días, la verdad siempre se ha de conocer y los que la ocultan, tarde o temprano tendrán que soltarla.
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