sábado, 14 de septiembre de 2013

¿CÓMO NOS VENDEN LA MOTO?

En la historia de la humanidad la democracia ha existido siempre desde el mismo momento en que el hombre apareció en la tierra. Es la base de la convivencia y el respeto por el otro, pero este sistema de gobierno ha venido cambiando según los intereses no colectivos sino personales, con algunos ingredientes como los medios masivos de comunicación, las tendencias políticas tradicionales, los nuevos movimientos idealistas y por personas del común, que sin tener participación en el Estado, de una u otra manera integran la mal llamada sociedad democrática.

La democracia como tal es la que permite que el pueblo elija y sea elegido con base al sufragio libre e independiente, pero si analizamos, hoy en día no es tal libre e independiente, sino que mas bien es un círculo circente, (de circo), donde el mejor espectáculo su boleta de entrada vale más, quiere decir que aquí se fomenta el caudillismo, el oportunismo y el tradicionalismo político y en muy pocas ocasiones "la novedad política" que podríamos decir que es el postulado donde nuevas figuras salen a la palestra política gracias, no a la compra de conciencias sino al verdadero trabajo por los menos favorecidos económicamente.

Otro aspecto muy notorio en nuestra sociedad son los llamados "delfines" que son aquellos que han heredado fichas políticas que sus antepasados han dejado para seguir con el continuismo, esto en razón a que son "políticos que no generan cambios" sino que por el contrario, se acentúan como "los mismos con las mismas", y esto no solo se presenta en nuestro país sino que esto es un problema a nivel latinoamericano donde abuelos, padres e hijos heredan "cacicazgos" generando altas votaciones, pero que no son corrientes electoras sino que se han hecho fuertes con base a la compra de votos, a la siembra de terror o a la obligatoriedad y tradicionalismo regional.

Cambiar estas estructuras democráticas es muy difícil porque ya son arraigos colectivos que en razón a lo anteriormente expuesto hacen que la democracia no cumpla con su papel integradora, innovadora o participativa sino que conlleva a seguir un patrón preestablecido porque en muchos casos los medios masivos de comunicación atrofian la mente del elector con contenidos de escaso razonamiento y de poca implementación intelectual.

Alejandra Díaz
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