sábado, 14 de septiembre de 2013

El rumbo de nuestros días

 Por Milena Ruiz

Al parecer cada día nos encontramos más a gusto con la manera en la que algunos gobiernan, administran y elijen el rumbo de nuestros días, pareciera que el mundo que nos vende la globalización y los mensajes rápidos y fáciles de digerir de los medios, nos agradarán y fuesen lo suficientemente fuertes para lograr interferir en nuestras maneras de ver, interpretar y asumir el rumbo de nuestras vidas.

Cabe indagar en el papel que cumplen los medios de comunicación en nuestra sociedad, ya que estos siempre tendrán un gran poder sobre nosotros. Si vemos a los medios como los “dueños de la información”  también tenemos que ver, que sobre ellos recaen múltiples responsabilidades que afectan nuestros modos de pensarnos y actuarnos en la vida cotidiana, por ejemplo la de contar la realidad en la que vivimos, la capacidad que tienen para elegir a nuestros “enemigos” y “aliados” y así mismo la de configurar nuestras creencias y gustos. Así que con este panorama ellos tienen dos caminos: Elegir el poder  de hacer de este mundo, un  lugar justo para vivir o un  mundo fabricado, sumamente materialista y lleno de “agradables” mentiras.

Lo cierto es que a pesar de la manipulación en la que vive esta bien llamada “sociedad del consumo”, existen otras formas de pensarse y de visibilizarse, y es aquí en donde cabe el papel de los ciudadanos activos, que no piensan solo en un bienestar individual, aquellos que piensan por sí mismos, que conocen su historia, y que creen aún que el rumbo del mundo y de nuestra sociedad ha estado y estará siempre en nuestro poder, en el poder  de cada una de nuestras acciones.

Así que debemos dejar de ser  una democracia que se sienta a ver lo que hacen con el mundo, hay que entender que dentro de nuestras preocupaciones no  se deben escapar los intereses públicos, las problemáticas sociales, políticas, económicas y mucho menos podemos dejar que sólo unos pocos elijan el rumbo de nuestros días.

No podemos seguir siendo el rebaño desconcertado al que se refiere Chomsky, debemos pensar por nosotros mismos y para nosotros mismos, pensarnos en colectivo, donde siempre sea más fuerte la voz del pueblo, donde se evidencien y se plasmen; inconformidades, intereses e ideologías y en donde por fin se construya  un mundo que responda a las verdaderas necesidades, tanto individuales como colectivas.

(Como nos venden la moto, Chomsky)
Milena Ruiz 
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