martes, 17 de septiembre de 2013

¿Cómo nos venden la moto?


Carlos Iván Ortiz
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A lo largo de la historia todos hemos sido testigos de las diferentes formas de manipular a las masas, y de porque estás nunca han estado unidas luchando por un bien común.

La respuesta es más que simple de encontrar, y es el simple hecho de que nos dejamos acostumbrar a consumir lo que nos vendían, sin ir más allá de esa realidad, pues para nosotros aún sigue siendo verdad, lo que dicen los políticos y lo que dicen los medios, pues si ellos manejan la información, debe ser así.

¡Que mentira más grande y absurda hemos creído!

Hemos sido simples ratas de laboratorio, que ellos , “el poder” han sabido manejar a su antojo, no solo tenemos un ADN de cómo tenemos los brazos y las piernas y qué tan inteligente podemos llegar a ser, sino que también tenemos un ADN de lo que nos gusta comprar, lo que nos gusta observar y obviamente de lo que no queremos saber absolutamente nada; o al menos eso es lo que ellos dicen.

Nos hemos comido toda una basura de historia, que ha estado opacada por la política, la economía y esas ganas inmensas de gobernar el mundo, incluso hemos caído tan bajo, que los comunicadores han sido cómplices de tantas atrocidades cometidas en la humanidad; y brindar el espacio para que estos… divulguen sus mentiras es algo que no podemos permitir más.

El texto es claro y logra hacer pensar de forma diferente, o al menos de seguir comiéndonos lo que nos venden de forma más lenta, pues para estudiantes y catedráticos puede ser entendible, pero a la señora que vende papas o cocina en la casa de alguno de nuestros ilustres gobernantes, todo sigue siendo igual.

En conclusión, este es nuestro momento y debemos apoderarnos de el, o terminaremos igual que los demás, pensando diferente, pero actuando con miedo y sin rumbo.

Ejemplos claros de esto se ven a diario, o por nombrar uno, “el tal paro agrario no existe”. Los colombianos terminaron por creerse esto, aceptaron que solo eran unos pocos los que pedían y pedían y por eso todo termino el calma, ¿o no? Los abusos policiales, las mentiras de los gobernantes y la incredulidad e inocencia de los campesinos, son el combo agrandado perfecto para que gobiernos como este y todos los que vienen, puedan seguir vendiendo, destruyendo y acabando con el país, mientras nos quedamos en casa a ver la novela de turno.





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